Confinamiento, toque de queda, cierre de los bares y restaurantes, aislamiento, auge de las desigualdades sociales… No sabemos lo que pasó con el brindis del año nuevo pero a veces parece que 2020 se nos fue de la mano. ¿Y si te decimos que tenemos una herramienta para enfrentar todo eso juntos y juntas?

Como ya sabes, para frenar la pandemia de Covid-19 y aliviar los hospitales, se han tomado medidas restrictivas que han tenido como efecto secundario agravar las desigualdades sociales. Para muchos niños, niñas y jóvenes, eso significa más dificultades no solamente económicas sino también educativas. El confinamiento ha acentuado las desigualdades en el acceso a la educación, en parte a causa de la brecha digital de la cual sufren más las familias con recursos socioeconómicos bajos. Antes de la crisis la tasa de abandono escolar prematuro ya estaba muy por encima de la media europea. Después de seis meses sin educación presencial, se teme un aumento de esta tasa. Además, todos estos acontecimientos pueden generar vulnerabilidad emocional y ansiedad hacia el futuro.

No te vamos a mentir: la mentoría social no es un remedio milagroso para el covid y sus consecuencias. Pero sí es una ayuda, un soporte más que necesario. Permite ofrecer a los jóvenes un espacio seguro donde se pueden sentir escuchados y valorados. Un espacio abierto donde la inocencia, el desarrollo personal y la perspectiva de un futuro deseable siguen de pie. Hoy más que nunca tenemos que reforzar las redes de apoyo y hacer sociedad, y la mentoría nos puede ayudar.

Dicho eso queda una interrogación no tan leve: ¿cómo seguir implementando la mentoría social en tiempo de restricciones sanitarias?

Con el confinamiento de marzo, aprendimos mucho, no solamente AFEV sino también todas las entidades que desempeñan programas de mentoría. Fue un reto pero valió la pena. Aunque no sabemos lo que pasará en las próximas semanas, nuestro equipo está listo para acompañar a todos y todas en el proceso de mentoría. Estaremos al tanto de los anuncios gubernamentales y, si nos confinan de nuevo, la mentoría podrá seguir online. 

Como individuos, estamos aguantando mucho ahora mismo: incertidumbre, ansiedad, miedo a la enfermedad, restricciones, incluso quizás soledad. Con la mentoría, se trata de sufrir menos por la situación; al contrario, que se convierta en un actor positivo del cambio. Y para eso estás tú, ¡y no estás solo/a en esta misión!