Aina Tarabini es Doctora en Sociología por la Universitat Autònoma de Barcelona e investigadora de los grupos de investigación GIBAS (Globalización, Educación y Política Social) y GIPE (Grupo Interdisciplinar de Políticas Educativas). Además, es especialista en sociología de la educación y ha basado buena parte de su trayectoria y sus investigaciones en el análisis de desigualdades educativas.
El pasado 4 de mayo, con motivo del 15º cumpleaños de la AFEV, Aina Tarabini ofreció una conferencia donde explicaba los principales condicionantes en las transiciones educativas de las alumnas después de los 16 años.
La intervención se centró principalmente en la etapa postobligatoria (a partir de los 16 años) dado que es el primer momento donde se pueden elegir diferentes itinerarios educativos y donde se reproducen más las desigualdades educativas. Según la investigadora, en este momento de la etapa educativa del alumnado, la posición estructural del bachillerato frente a la de los ciclos formativos de grado medio (CFGM) «es profundamente diferente y desigual» y esto es uno de los elementos que explica las diferentes transiciones de las jóvenes. También es la etapa donde más abandono escolar se detecta.
En este sentido, resaltó la idea que el abandono no se genera aleatoriamente sino que intervienen los ejes de desigualdad social; la clase socioeconómica, el género o la etnicidad explican las posibilidades de éxito, fracaso o abandono escolar de las alumnas. Por lo tanto, cuidar estas transiciones y «preocuparse por el éxito educativo de todo el mundo es una cuestión de justicia social, no solo deseable, sino posible».
Para entender estas desigualdades y, especialmente, las transiciones educativas, la autora destaca cinco grandes ejes condicionantes: el estructural, el sistémico, el institucional, el relacional, y el subjetivo.; donde cada uno tiene su responsabilidad.
El eje estructural se refiere a las desigualdades sociales, el sistémico a la estructura del sistema educativo, el institucional a los modelos pedagógicos y curriculares, el relacional a la influencia del profesorado y las familias y, por último, el subjetivo tiene que ver con la propia experiencia escolar del alumno y su identidad.
Finalmente, Aina Tarabini se focaliza en los modelos pedagógicos actuales y las creencias docentes para destacar las dicotomías entre bachillerato y formación profesional, el conocimiento teórico y el conocimiento manual, trabajos cualificados y no calificadas como perpetradoras de desigualdades.
Según la doctora, la inteligencia de los alumnos se construye social y estructuralmente. «Todavía está muy arraigada la idea que hay gente que nace (por arte de magia) más inteligente que otra… Y resulta que si alguien es inteligente para las matemáticas es más top, en cambio, si es inteligente para lo artístico, no destaca tanto», del mismo modo que en el mundo laboral «si trabajas como ingeniera tienes un prestigio social que si, por ejemplo, haces teatro, no lo tendrás nunca».
